Pese a que es habitual que los mapas mentales y los mapas conceptuales sean confundidos entre sí, existen algunas diferencias clave que los distinguen.
Desde su finalidad hasta su elaboración, estas herramientas de estudio se encuentran indicadas para situaciones distintas.
Las principales diferencias radican en los siguientes puntos que explicaremos a lo largo del artículo:
- Estructura
- Elaboración
- Objetivos
- Uso del texto Diseño
- Modo de lectura
En este artículo podrás conocer las diferencias más notorias entre el mapa mental y el mapa conceptual. Ambas herramientas pertenecen a un gran listado de técnicas de estudio que puedes utilizar para mejorar tu aprendizaje.
Su estructura
Los mapas mentales se caracterizan por no contar con una estructura definida. Cada persona puede elaborarlos de la manera que desee de acuerdo a sus necesidades y a su creatividad.
Esta herramienta solo toma las ideas principales de un tema y las relaciona entre sí para facilitar su comprensión.
Por otra parte, los mapas conceptuales presentan una estructura jerárquica. Basándose en una serie de conceptos específicos que se desarrollan de una manera concreta. De esta forma, se desglosan los temas desde sus ideas más grandes hasta las más pequeñas.
Su composición
Los mapas conceptuales cuentan con flechas para enlazar los contenidos, palabras de enlace y proposiciones. No se utilizan ilustraciones al elaborarlos y su diseño suele ser neutro y profesional.
Mientras tanto, los mapas mentales se enfocan mucho más en los colores, las ilustraciones y los símbolos. Los elementos creativos son una parte muy importante de estos instrumentos.
Su elaboración
Los mapas conceptuales se originan desde una idea principal, la cual es desglosada en ideas secundarias haciendo uso de conceptos y numerosos párrafos de texto.
En contraste, las imágenes son las protagonistas de los mapas mentales. Mientras tanto, los puntos secundarios o terciarios suelen partir desde una idea central y se representan por medio de ramificaciones.
Sus objetivos
Los mapas de tipo conceptual suelen ser utilizados para la autoevaluación y para repasar conocimientos adquiridos con mayor facilidad con la intención de lograr una mayor comprensión sobre un tema en particular.
Por otra parte, los mapas mentales se orientan un poco más hacia la retención de la información a través del uso de colores e ilustraciones.
El uso de texto
Los mapas conceptuales hacen uso de numerosas palabras, así como también de conceptos o descripciones relativamente cortas.
Mientras tanto, en los mapas mentales se evita el uso de frases largas, las cuales se sustituyen con ilustraciones. El objetivo de estas herramientas suele ser reemplazar los textos por elementos de apoyo visual.
El uso de colores y decoraciones
Los mapas conceptuales minimizan al máximo el uso de colores, ya que se encuentran enfocados en la elaboración de esquemas de forma clara y profesional.
En contraste, los colores toman un papel fundamental en los mapas mentales. De hecho, se trata de una de los principales motivos de su efectividad, ya que facilitan la memorización de las distintas ideas que se colocan en los mismos.
Además, es habitual que se utilicen distintos colores para cada idea secundaria que parta del tema principal. Esto facilita identificarlas y analizarlas por separado.
Su modo de lectura
Durante la elaboración de los mapas conceptuales, se utilizan distintas definiciones que pueden leerse de manera literal.
En contraste, debido a la naturaleza de su estructura, las ideas de los mapas mentales no siempre pueden leerse de manera organizada, lo cual puede influir sobre la capacidad de comprensión del tema por parte del lector.
No obstante, debido a que estos instrumentos pedagógicos pueden ordenarse de distintas formas, es posible establecer las ideas de la forma en que resulten más simples de leer y comprender para cada persona.