Romanticismo: Definición, características, ejemplos y ejercicios

El Romanticismo puede ser considerado, de cierto modo, como una corriente literaria de liberación. Los autores, cansados de las reglas académicas y de la falta de libertad creativa, decidieron enfocarse en sí mismos. Esta rebeldía supuso el fin de la razón como elemento al que debían someterse todos los artistas.

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En ese sentido, es una de las etapas más originales de la literatura, por lo cual es indispensable que la conozcas. Presta atención para que entiendas qué fue la corriente romántica y cómo se caracterizó. Y no olvides resolver los ejercicios que te dejamos al final, pues te servirán para comprobar tu aprendizaje.

¿Qué es el Romanticismo?

El Romanticismo fue una corriente literaria y artística de los siglos XVIII y XIX que daba un lugar predominante a los sentimientos.

De esa manera, se le considera lo contrario del Neoclasicismo, que desechaba las emociones con el fin de otorgarle la máxima importancia a la razón. Esta oposición no es una casualidad, ya que el Romanticismo se fue desarrollando precisamente como una reacción contra los artistas neoclásicos.

Asimismo, poco a poco la corriente romántica fue afectando también a la personalidad. Eso hizo que sus exponentes se convirtiesen en personas melancólicas y con una sensibilidad exagerada, lo cual fue usado para dedicarles múltiples críticas.

Conviene señalar que, desde nuestra perspectiva actual, los términos “Romanticismo” y “romántico” parecen referirse a lo amoroso. En realidad, aluden más al sentimentalismo en general y no solo al amor en sí.

Por otra parte, en el caso de “romántico” su primer significado es ‘relacionado con el romanticismo’. Ese es el que debes recordar cada vez que usemos esa palabra a lo largo del post.

Historia del Romanticismo

El punto de partida del Romanticismo se encuentra en las últimas décadas del siglo XVIII. Para ese entonces, ya el arte neoclásico estaba más que establecido y aceptado como una norma. Sin embargo, hubo dos hechos que acabaron iniciando el cambio:

  • La Revolución de las Trece Colonias
  • La Revolución francesa

Ninguno de los dos estaba directamente relacionado con el ámbito literario. No obstante, su ideal de rebelión en contra del orden establecido sirvió de base para que algunos artistas hicieran frente al estándar neoclásico.

Fue así como empezaron a aparecer pintores y escritores con una nueva propuesta artística. Esto, dentro de Alemania, dio lugar al Sturm und Drang, un movimiento que defendía la composición a partir de las sensaciones y emociones personales sin guiarse por la razón.

Dicho movimiento es, de acuerdo con los expertos, el germen del Romanticismo en sí o su primera etapa. Esta afirmación se sostiene en los siguientes tres argumentos:

  • El Sturm und Drang fundó las bases ideológicas de la corriente romántica.
  • En él surgieron las obras que los autores posteriores tomaron como modelos a seguir.
  • Algunos escritores del movimiento mantuvieron el mismo estilo y llegaron a estar entre los mejores exponentes del Romanticismo.

Ya a comienzos del siglo XIX, la influencia neoclásica había perdido mucha fuerza, mientras que la creciente moda romántica iba ganando más y más partidarios hasta consolidarse. Primeramente, en Europa; después, en otras partes del mundo, como por ejemplo América.

El Romanticismo protagonizó toda la primera mitad del siglo. A partir de ahí se fue agotando y perdiendo lugar frente al realismo. Mas no desapareció del todo, puesto que algunas de sus ideas fueron retomadas en cierta medida por otras corrientes.

Características del Romanticismo

El Romanticismo contó con muchas características que la distinguen de cualquier otra corriente. La mayoría de ellas giran en torno a la idea de que el escritor o artista es el centro del que parte toda la composición.

La creación desde el yo

Los escritores románticos tenían la costumbre de componer desde la primera persona (“yo”). Esta elección no era accidental, sino que se debía a la búsqueda de plantear un enfoque subjetivo en el texto.

Así, casi todas las obras narrativas y poéticas están elaboradas desde el yo. Eso suponía una ruptura notable con respecto a la tradición literaria vigente, que prefería el uso de la tercera persona.

Si hablamos del teatro, la norma no podía ser aplicada de igual manera, debido a que en los textos dramáticos no hay una voz narrativa ni lírica. Por ende, representaban una excepción a la norma.

Predominancia de lo individual frente a las normas

Para los autores románticos la normativa académica no era una ley.

No les importaban las pautas que las diferentes escuelas habían fijado como reglas de composición, entre ellas la obligación de guiarse por los textos de la literatura clásica.

Estos escritores se regían única y exclusivamente por lo que su creatividad les dictaba, sin importarles que el resultado no encajara con lo que era considerado correcto o de buen gusto. Por ende, las academias fueron perdiendo la influencia que habían tenido durante gran parte del siglo XVIII.

Conviene aclarar que, contrario a lo que se cree, los románticos no menospreciaban en lo absoluto el valor de las obras grecorromanas. Sencillamente, optaban por crear e innovar, tal como alguna vez habían hecho griegos y romanos en sus manifestaciones artísticas.

Percepción subjetiva e idealista

La literatura romántica está llena de subjetividad e idealismo. No es de extrañar, dado que los escritores buscaban plasmar la realidad no como era, sino como ellos la percibían.

Partiendo de ello, algunos elementos eran exaltados o criticados según la visión del autor. Un ejemplo es la Edad Media: muchos románticos la retrataban como una época de mucho honor y honra, con caballeros heroicos y mujeres virtuosas. Lógicamente, los males y la decadencia estaban excluidos.

Si comparamos esa visión con el conocimiento que tenemos ahora de la era medieval, notaríamos que hay una gran diferencia entre la historia y la ficción romántica. Aunque a los autores no les preocupaba, porque su perspectiva personal estaba por encima de cualquier objetividad.

Lenguaje libre

Durante el Romanticismo hubo una plena libertad en lo referente al uso del lenguaje. Los autores no estaban obligados a utilizar términos cultos y evadir cualquier palabra o expresión considerados vulgares, como sí era exigido en la época neoclásica.

Gracias a eso el escritor podía retratar más fielmente la forma de hablar de ciertos personajes que pertenecían a la clase baja. En consecuencia, no se rechazaba el lenguaje vulgar o popular, sino que se respetaba su papel dentro del mundo real, en el que no todos hablaban con elegancia.

Desde luego que esta característica fue criticada por quienes apoyaban las normas académicas y de estilo. Pero su criterio no impidió que el lenguaje literario siguiera siendo libre.

Experimentación con los géneros establecidos

En el período neoclásico una regla muy firme era mantener la pureza de los géneros literarios. O sea, evitar a toda costa cualquier mezcla entre ellos o incorporación de elementos que alteraran su forma original.

Pues bien, en la corriente romántica esa normativa perdió por completo su influencia entre los autores. A estos les parecía interesante cruzar los géneros o reformularlos según su propio gusto, manteniendo la esencia original hasta cierto punto.

Esa experimentación, en vez de suponer un desvío innecesario, funcionó para renovar cada género. Al mismo tiempo fue fundamental para la elaboración de algunas obras importantísimas dentro del Romanticismo.

Subordinación de la naturaleza

En la literatura romántica es constante ver que la naturaleza tiene cierta participación. Sin embargo, no se desenvuelve por sí sola, sino que está sujeta a las emociones que los personajes sienten:

  • Si están tristes, el clima se muestra lluvioso o lleno de nubes grises.
  • Si están felices, el clima aparece despejado y radiante.

Por lo tanto, la naturaleza es más bien un reflejo de los sentimientos del personaje. Esto es una prueba de la importancia que los románticos daban a las emociones: son tan importantes que hasta el entorno se ve afectado por ellas.

Destino fatal

Generalmente, a los protagonistas de la literatura romántica los persigue un destino fatal.

El mundo a su alrededor va en contra de lo que ellos desean conseguir, lo cual hace que experimenten una serie de sucesos tristes y desgarradores.

Todas esas experiencias suelen terminar muchas veces en la muerte del personaje, ya sea por motivos externos o por suicidio.E incluso en algunas obras aparecen ciertas referencias que anticipan el trágico final que le espera.

Esta es una característica que posteriormente se volvió algo muy negativo, debido a que sirvió de “justificación” para que algunas personas —jóvenes, mayormente— acabaran con su vida al sentir que no podrían lograr sus objetivos.

Es evidente que la culpa era de quienes leían las obras, que en ninguna medida invitaban a suicidarse. Sea como sea, varias terminaron siendo prohibidas, para evitar que más gente siguiera el mismo ejemplo.

Nacionalismo latente

Esta característica hace referencia a la defensa de los valores nacionales por encima de los universales. En otras palabras, los escritores románticos hacían destacar el sistema de pensamiento y la cultura con la que habían crecido.

Al tomar esa postura, los autores fueron creando obras que acabarían por definir la literatura de cada país frente a la de otras naciones. Es así como cada texto pasaba a ser un testimonio de cómo funcionaba la sociedad a la que pertenecía el escritor.

Temas del Romanticismo

El Romanticismo, al ser una corriente tan creativa y libre, resultó muy variada en cuanto a las temáticas que manejaba. Además de retomar con otro enfoque las que ya habían sido tratadas en épocas anteriores, incorporó otras que eran completamente nuevas:

El amor desenfrenado e irracional

El amor, al igual que en las anteriores corrientes literarias, es uno de los temas más recurrentes a la hora de componer. Pero lo que le da la esencia romántica es que se muestra a un nivel desenfrenado y no está sometido a la razón.

Los personajes desarrollan un apego amoroso hacia otra persona que se va haciendo más y más profundo conforme avanza la obra. En muchos casos ese amor no es correspondido o incluso atenta contra las leyes, pero esa imposibilidad no hace más que intensificar el sentimiento.

Por tanto, el enamoramiento se coloca por encima del sentido común del personaje. En ese estado es incapaz de darse cuenta de si puede cumplir su objetivo o de si sus emociones le acarrearán graves consecuencias.

La historia idealizada

Los románticos también se interesaron por la historia, cosa que ya habían hechos los neoclásicos. Estos últimos se preocupaban más por la formalidad de sus obras que por la fidelidad histórica, aunque procuraban no alterar demasiado los hechos reales.

Con los autores del Romanticismo fue distinto: ellos alteraban conscientemente la historia para presentar las épocas pasadas con un esplendor mayor al que tuvieron. Casi se podría decir que inventaban el pasado.

Esta temática tuvo un impacto notable a largo plazo, ya que muchos mitos creados por los románticos quedaron establecidos como parte de la historia. Casi todos han persistido hasta nuestros días, y muchos historiadores han tenido que esforzarse para lograr desmentirlos.

El mundo indígena

El mundo y la cultura indígenas tuvieron bastante protagonismo en el Romanticismo. La razón es que resultaban atractivas para los románticos europeos, por estar conectados con lugares exóticos.

El exotismo les permitía plantear esas localidades como destinos perfectos para viajar. De igual modo, se interesaban por la pureza natural que poseían gracias a que no habían sido industrializadas todavía, lo que sí había ocurrido dentro de Europa.

La muerte

Otro tema que podemos encontrar en los textos románticos es la muerte. En este caso no se busca tanto idealizarla como destacar sus consecuencias. Por ejemplo, el dolor y la agonía de un personaje por el fallecimiento de la amada.

Es de esa manera como la muerte termina siendo un recurso para desarrollar el texto, sin importar el género, dado que permite plasmar la sentimentalidad tan característica del Romanticismo.

El fallecimiento en sí podía llegar a ser bastante trágico y conmovedor en algunas ocasiones. En otras es casi absurdo, porque lo ocasiona un error del personaje, o este acaba dejándose guiar ciegamente por sus emociones y toma una decisión fatal.

Los elementos fantásticos

Los románticos se interesaron en lo fantástico, es decir, todos aquellos elementos que son imposibles en nuestra realidad: seres místicos, criaturas que desafían las leyes de la naturaleza, mundos mágicos, etc.

Ya en la literatura antigua se había empleado el factor mitológico; pero en el Romanticismo se buscó crear elementos fantásticos que no necesariamente estuviesen conectados con lo grecolatino y que no tuviesen que formar parte de una religión o mitología.

Todo eso en conjunto demuestra que esta temática les permitía a los escritores resaltar su poder como creadores al ser capaces de innovar. A la vez, les servía para evadir el mundo real y plantear uno más ajustado a sus ideas.

La infancia

Un último tema que debemos mencionar es la infancia. Si bien no siempre fue protagonista, lo más normal era hacer referencia a ella de una u otra forma.

Los románticos veían dicha etapa como la mejor parte de la vida: estaba llena de inocencia y carecía de los conflictos propios de la adultez. En cierto sentido, era una idealización del pasado de los autores.

Cuando la infancia no era el centro del texto, se veía reflejada en los niños, quienes eran retratados como seres alegres y sin maldad. Asimismo, poseían una sabiduría especial a la que solamente ellos podían acceder.

Géneros del Romanticismo

A nivel de géneros, el Romanticismo no fue la corriente más diversa. Sin embargo, aportó dos formas literarias que quedaron consagradas en la historia y siguen siendo atractivas para los autores modernos.

Poesía legendaria

La poesía legendaria fue un tipo de expresión poética que se caracterizaba por desarrollar los mitos y las leyendas de algunos pueblos. Así pues, era un reflejo directo de su cultura y de la tradición oral.

Es fácil deducir que este género contribuyó a establecer el nacionalismo del que hablamos anteriormente. Al construir obras basados en la tradición histórica, los autores conseguían darle al pueblo en cuestión un pasado y una esencia que lo definían frente a los demás.

Está de más decir que este tipo de poesía posee un carácter narrativo. Pero eso no fue impedimento para que los autores incorporasen elementos plenamente románticos, como la exaltación de los sentimientos y la idealización.

Novela histórica

La novela histórica nació a partir del interés que tenían los escritores acerca del pasado, ya fuese el de su propia nación o el de otra. Básicamente, lo que buscaban era construir un relato histórico que explicase sus orígenes.

Ahora bien, es necesario recalcar que la fidelidad a la historia real era muy baja. Los románticos solían plantear el pasado desde su perspectiva, por lo cual terminaban disfrazándolo y deformándolo.

Cuando no tomaban una historia sobre la fundación de un pueblo, optaban por sucesos importantes, entre ellos batallas y conquistas. Pero el resultado estaba tan alejado de la realidad como en el caso anterior.

Con todo, la novela histórica quedó establecida entre los subgéneros narrativos más cultivados, y es de esa forma como ha llegado hasta nuestros días. Ciertamente, los autores modernos han buscado ser más fieles y responsables con la historia, aunque algunos todavía caen en el error de alterar el pasado.

Autores y obras del Romanticismo

En el Romanticismo surgieron muchísimos autores y obras. No es posible abarcarlos todos aquí, pero sí podemos hacer una selección con los más destacados:

Johann Wolfgang von Goethe

Johann Wolfgang von Goethe (1749 – 1832) fue, además de uno de los autores románticos más longevos, una figura crucial en esta corriente literaria. No tan solo participó en el Sturm und Drang, sino que además compuso lo que se considera la primera obra literaria del Romanticismo.

Goethe gozó de una buena educación y vida desde niño gracias a que pertenecía a una familia burguesa. En el año 1765 comenzó a estudiar Derecho en la Universidad de Leipzig, pero por problemas de salud terminó regresando a casa.

Por fortuna, logró recuperarse y proseguir la carrera, esta vez en la ciudad de Estrasburgo, donde entró en contacto con el Sturm und Drang. El estilo y la propuesta artística de dicho movimiento tuvieron un gran impacto en el joven autor, que cambió de inmediato la forma como componía sus textos.

De allí en más Goethe se dedicó a desarrollar obras románticas partiendo casi siempre de sus vivencias o de sucesos ajenos a él. Sin embargo, en las últimas décadas de su vida adoptó un estilo más parecido a lo neoclásico, esto es, más formal y armonioso.

La bibliografía de este autor es de una calidad indiscutible. Prácticamente, cada texto que compuso se volvió una obra maestra y un modelo literario ejemplar. Por si fuera poco, fue capaz de desenvolverse en varios géneros:

  • Las cuitas del joven Werther: con esta novela comenzó el romanticismo en la literatura. La trama se centra en un joven con una personalidad muy melancólica que se enamora de una chica que está prometida a otro hombre. La imposibilidad de tenerla se va volviendo una obsesión para el protagonista, hasta el punto de que decide suicidarse. Precisamente esa decisión hizo que muchos lectores que atravesaban la misma situación también se quitaran la vida.
  • Las afinidades electivas: en esta novela el autor se dedica a explorar el tema del matrimonio para cuestionar los principios que lo sostienen. Con ese fin presenta a cuatro protagonistas que, durante su estancia en una mansión, desarrollan una atracción desenfrenada que los hace acercarse o alejarse entre sí. A través de esta propuesta, Goethe aborda temas como la moral y la dificultad de dominar las pasiones.
  • Elegías romanas: es una serie de poemas que el escritor compuso mientras se hallaba en Roma. En ellos desarrolla una visión sensual en la que se da prioridad a los placeres, algo muy diferente a la moda poética alemana, que era mucho menos atrevida. Precisamente por ese tono, el libro no fue tan bien recibido en Alemania, donde sufrió mucha censura.
  • Ifigenia en Táuride: aquí nos topamos con una tragedia que Goethe elaboró a partir de la Ifigenia del tragediógrafo Eurípides. El argumento se centra en la joven Ifigenia y en el sacrificio al que es sometida por su padre, Agamenón. Pero la diosa Artemisa intercede y se la lleva al país de los tauros, en donde se desenvuelve el resto de la trama.
  • Fausto: es la obra cumbre de Goethe y refleja tanto su etapa romántica como la neoclásica, pues la comenzó siendo joven y la terminó cuando ya tenía bastante edad. Se trata de un texto dramático dividido en dos partes. En la primera, la historia se centra en el anciano Fausto, el trato entre él y Mefistófeles (el Diablo) y el enamoramiento de Fausto por Gretchen. La segunda se aleja de esa temática y se centra en los viajes del protagonista a mundos antiguos.

Edgar Allan Poe

Más que solo un autor romántico (no del todo, pues algunas de sus ideas no iban en la dirección del Romanticismo), Edgar Allan Poe (1809 – 1849) fue un maestro indiscutible del cuento corto y de la poesía. No tan solo se limitó a crear en ambos géneros, sino a elaborar teorías de cómo debían ser realizados.

La vida de Poe fue tormentosa desde el principio. A los dos años de edad murieron sus padres, que se habían dedicado a la actuación como oficio. Un hombre con buena posición económica adoptó al niño, aunque la relación entre ambos nunca llegó a ser muy buena.

Su primer intento de darse a conocer como escritor llegó en 1827, cuando publicó un libro de poemas en el que decidió no incluir su nombre. Siguió sacando otras obras, sin destacar demasiado. Igualmente, trabajó como periodista, labor que aprovechó para plasmar sus ideas sobre la creación literaria.

Durante sus años de creación, Edgar Allan Poe fue pionero en muchas áreas. Se le tiene como el creador del género detectivesco y como uno de los antecesores de la ciencia ficción. Al mismo tiempo, está considerado un maestro del horror gótico y del terror en general.

La producción de este escritor es escasa en comparación con la de los demás autores de nuestra lista. Con todo, varios de sus textos gozan de una popularidad y una influencia incuestionables:

  • “El cuervo”: es el poema más conocido de Poe. La crítica especializada lo ha alabado por la forma como está compuesto, en la cual se evidencia un cuidado extraordinario por parte del autor para lograr la máxima musicalidad. El tema del texto tiene como protagonistas a un hombre que extraña a su difunta amada y a un cuervo que le repite “nunca más” a cada rato. El acto del animal va sumergiendo lentamente al hombre en la locura.
  • “Annabel Lee”: este es otro poema en el que la historia se enfoca en la pérdida del ser amado y el dolor que la misma ocasiona. El narrador habla de su querida Annabel Lee, y pone en tan alto lugar el amor que ambos se tenían que se atreve a decir que los ángeles sentían envidia de ellos. Esta exageración del sentimiento es un rasgo plenamente romántico.
  • “Los crímenes de la calle Morgue”: es un cuento largo de tipo detectivesco que anticipa en buena medida el género policial. La trama se desarrolla a partir del asesinato de dos mujeres que la policía no logra explicarse de ninguna forma. El protagonista, C. Auguste Dupin, medita acerca del asunto hasta llegar a la resolución del misterio, que incluye a un orangután.
  • “El gato negro”: en este cuento corto abundan el misterio y lo escalofriante. La trama inicia con un hombre que, de ser amable con los animales, acaba siendo violento con ellos por culpa de la bebida. Esa conducta lo hace matar a su gato, y esto tiene muchísima repercusión en su mente, hasta el punto de ver en todos lados al animal.

François-René de Chateaubriand

François-René de Chateaubriand (1768 – 1848) no goza de tanta popularidad como otros autores románticos. Pero es innegable que aportó muchísimo a esta corriente literaria, de la que fue uno de sus primeros exponentes.

La infancia de este escritor se vio afectada por la decadencia económica de su familia, que en tiempos anteriores había pertenecido a la aristocracia. Eso dificultó la educación para él y sus hermanos. Por suerte, pudieron formarse adecuadamente, y François llegó a entrar a la Marina en 1782.

Poco duró esa etapa, al igual que su posterior carrera eclesiástica. Lamentablemente, tuvo que retomar las armas como forma de sustento. Años después se empezó a relacionar con los círculos literarios franceses y se dio a conocer entre la nobleza.

La primera obra de Chateaubriand fue un ensayo que compuso estando exiliado en Inglaterra. Al volver a parís se dedicó más seriamente a la literatura, manteniendo siempre sus convicciones cristianas frente a cualquier elemento o moda paganos (o sea, ajenos al cristianismo).

Se centró mayormente en elaborar novelas. Y si bien no llegó a componer demasiadas, todas poseían una elevada calidad, además de una ejecución ejemplar de las ideas del Romanticismo:

  • Atala: la historia de esta novela se centra en un indígena que es apresado por otra tribu, pero después logra escaparse gracias a una mujer, de la cual se enamora. El amor parece correspondido por parte de ella, mas la ilusión se derrumba cuando decide quitarse la vida debido a que su madre la consagró a Dios antes de que naciera y, por lo tanto, no podía tener pareja.
  • René: esta novela está conectada con la anterior, aunque no son los mismos protagonistas. El personaje central es René, un hombre que ha emigrado de Francia hacia las tribus indígenas de Estados Unidos. Sin embargo, antes de hacerlo vivió años felices con su hermana mayor, que acaba enamorándose de él sin que René sea capaz de notarlo. Ese sentimiento la lleva a encerrarse en un convento.

Víctor Hugo

Víctor Hugo (1802 – 1885) fue un autor prolífico y bastante longevo al mismo tiempo, y se le considera el representante principal del Romanticismo francés. Compuso una cantidad de textos que supera por mucho a la de sus contemporáneos, y existe una infinidad de estudios referentes a ellos.

Este escritor pasó una parte de su vida en la ciudad de Madrid, hecho que tuvo en él una notable influencia más adelante. Su carrera literaria despegó oficialmente en el año 1822 con un libro de poemas, aunque ya desde temprana edad había empezado a escribir.

La habilidad de Víctor Hugo le permitió desenvolverse en todos los géneros:

  • En el teatro se convirtió en el líder del ideal romántico. Esto ocurrió luego de que en el prefacio de uno de sus dramas se mostrara en contra del Neoclasicismo y sus normas de composición.
  • En la poesía era un maestro tanto de la forma como del fondo. Era capaz de recrear lugares exóticos y de usar versos que demostraban un incomparable talento.
  • En la novela creó historias llenas de personajes con una psicología muy compleja. Ese rasgo los hacía mucho más cercanos y fieles a la conducta humana real.

A la par con su oficio de escritor, se dedicó también a la política. Estaba en contra de las dictaduras y defendía la democracia, opinión por la cual tuvo que exiliarse por casi veinte años. Pero no dejó de escribir en ningún momento.

Como ya mencionamos, Víctor Hugo cuenta con una bibliografía enorme. Aunque, para no extendernos de más, nos centraremos en sus cinco obras más conocidas:

  • Nuestra Señora de París: se trata de una novela que tiene como protagonistas a Esmeralda, una joven gitana, y Cuasimodo, un hombre deforme que se enamora de ella. Sin embargo, el centro real de este texto es la catedral de Notre-Dame de París, que para 1830 corría el riesgo de ser demolida. Así, Víctor Hugo decidió componerlo en un intento de concientizar a sus contemporáneos sobre el valor histórico de esa catedral como estructura gótica.
  • Cromwell: fue la obra dramática que convirtió a Víctor Hugo en el exponente máximo del teatro romántico. Su nombre se debe a que tiene como protagonista al Oliver Cromwell, un noble importante en la Inglaterra del siglo XVII. Está compuesta de acuerdo con los principios del romanticismo; pero, por su estructura y su extensión, es bastante difícil de representar.
  • Los miserables: muchos consideran que esta novela —compuesta en el exilio—es la obra más importante del autor. Se centra en la historia de varios personajes que se ven marginados en la sociedad francesa, cada uno por un motivo distinto. Además de tener un desarrollo de personajes extraordinario, el texto cuenta con una armonía estructural increíble en la que todas las piezas cumplen una función y nada es accidental.
  • Hernani: es un drama protagonizado por el bandido Hernani, que está enamorado de doña Sol. En la historia otros personajes también la desean; uno de ellos es el emperador Carlos V. La obra fue censurada en algunas traducciones debido a que contenía críticas a la religión cristiana y a la monarquía española. Asimismo, inició un debate intenso entre partidarios del teatro romántico y los defensores del neoclásico.
  • Noventa y tres: en este caso estamos hablando de una novela que se ambienta en la realidad. Víctor Hugo retrató la época de terror que se vivió en Francia durante el año 1793 (de aquí surge el nombre) debido a las persecuciones políticas impulsadas por los líderes de la Revolución francesa. El autor aprovecha el texto para cuestionarla y demostrar que no fue un suceso tan positivo.

José Zorrilla

José Zorrilla (1817 – 1893) es para algunos expertos el mejor representante del Romanticismo en España. Sumado a eso, fue uno de los responsables de introducir la corriente dentro de su país.

Zorrilla pensó primero en dedicarse a las leyes, y con ese fin estuvo formándose en varias universidades. Todo cambió alrededor de 1837, cuando abandonó la carrera. Ese mismo año empezó a ganar renombre gracias a la lectura de unos versos durante el entierro del escritor Mariano José de Larra.

De ahí en más, Zorrilla toma el periodismo como oficio y lo aprovecha para publicar una serie de poemas en los que había estado trabajando. La poesía es su género principal en esta primera etapa, pero más adelante cultiva también la narrativa y el teatro.

Para las obras dramáticas demostró un talento especial, ya que podía adaptar historias de su propia creación o que ya habían tratado otros autores. Y sabía aplicar los principios del Romanticismo sin perder su propia marca de estilo.

La habilidad para el género teatral hizo que, dentro de toda su producción, los textos dramáticos fuesen los que más relevancia han tenido en la literatura española. Por ese motivo, nos enfocaremos en comentar dos de ellos:

  • Don Juan Tenorio: en este drama retoma el mito de don Juan, una historia ya muy conocida dentro del teatro español sobre un hombre que vive un inmenso número de amoríos y que termina asesinado por una estatua. No obstante, Zorrilla le hace algunas modificaciones a la trama original, y esto le da a su obra un aire único y atractivo.
  • Traidor, inconfeso y mártir: aquí la historia se desarrolla a través del personaje de Sebastián I, el rey de Portugal. Este intenta escapar de Felipe II de España, el cual tiene intenciones de matarlo. Sebastián se ve obligado a adoptar una nueva identidad como Gabriel Espinosa, un pastelero de Madrigal. El drama mantiene en todo momento el misterio de si era o no el rey.

E. T. A. Hoffmann

A Ernest Theodor Amadeus Hoffmann (1776 – 1822) lo tenemos presente como un escritor romántico, aunque lo cierto es que su objetivo principal era consagrarse como músico. Al final, su calidad de escritor fue mayor que su habilidad para componer piezas musicales.

A nivel académico, Hoffmann se formó como abogado. Esta profesión le sirvió para obtener ingresos mientras viajaba e iba trabajando en sus composiciones. No inició su carrera literaria sino hasta aproximadamente 1814, cuando publicó un libro de cuentos y ensayos.

El gran acierto de esto escritor fueron sus textos narrativos. Los componía con un aura terrorífica y misteriosa, y en ellos abordaba problemas como la locura y las alucinaciones. Todo ello, por lo general, iba acompañado de elementos de tono fantástico.

La bibliografía de E. T. A. Hoffmann es bastante amplia. Desgraciadamente, una parte de ella no ha llegado a nuestro idioma. Teniendo eso en cuenta, nos limitaremos a hablar de sus dos relatos más conocidos:

  • “El puchero de oro”: este relato narra la historia de Anselmo, un estudiante que desarrolla un amor profundo por una chica misteriosa llamada Serpentina. A medida que avanza la historia, Anselmo va descubriendo ciertos detalles sobre ella y su padre y la identidad verdadera de cada uno. El texto incorpora igualmente el tema de las alucinaciones.
  • “El hombre de arena”: está basado en el mito del Arenero, que pertenece a la cultura de los pueblos sajones y celtas. El protagonista del relato es el estudiante Nathanael, a quien lo persigue el mal recuerdo de la muerte de su padre. En un inicio se indica que se encuentra comprometido con Clara, pero se enamora de otra mujer, que resulta no ser una persona real. El descubrimiento termina enloqueciéndolo.

Alexandre Dumas

Alexandre Dumas (1802 – 1870) fue otro de los escritores más prolíficos del Romanticismo.

Dotado de una imaginación increíble, logró idear aventuras y personajes que han sido adaptados en diferentes formatos. Gracias a ello son conocidos incluso por el público que no es lector.

La infancia de este autor estuvo llena de problemas. Para empezar, su familia se arruinó económicamente tras la muerte de su padre. Esas circunstancias impidieron que Dumas, que para entonces era un niño, pudiese completar sus estudios de manera formal.

Aun así, Alexandre conocía bien su inclinación a la literatura, por lo que desde muy joven comenzó a dar sus primeros pasos. El más importante fue una obra de teatro que estrenó en 1829, en la cual ya se reflejaba con bastante claridad el estilo romántico.

Desde ahí se fue diversificando. Probó con tragedias y dramas por igual, se interesó por la novela histórica e incluso escribió ensayos. Entre esos géneros, fueron las novelas las que de verdad le supusieron un éxito económico, motivo por el que se dedicó principalmente a ellas.

En su vida personal nunca dejó de tener problemas. Cuando no eran financieros, tenían que ver con la política. Varias veces se vio obligado a exiliarse, y ya en sus últimos años debió sostenerse mediante el dinero que le proporcionaban su hijo y su hija.

El hijo de Dumas, además de llamarse igual que su padre, también fue escritor. Eso ha ocasionado que muchas veces sea confundido con él. Para evitarlo, se recomienda utilizar la denominación “Alexandre Dumas hijo”.

Con una producción literaria tan amplia, es imposible abarcar todas las obras que escribió Dumas. Sin embargo, vamos a tomar las más representativas de cada género:

  • El conde de Montecristo: se trata de una novela cuya temática principal es la venganza. Su protagonista, Edmond Dantes, cae preso injustamente por motivos políticos. Luego de años encerrado, logra huir y toma la decisión de desquitarse de todos los que le arruinaron la vida, entre ellos la mujer con la que iba a casarse. La obra se destaca por su extensión y por las complejas relaciones entre los personajes.
  • Calígula: es una obra de teatro que compuso Dumas basándose en la figura del emperador Calígula, conocido por las atrocidades que cometió mientras tuvo el poder en Roma. Sin embargo, el autor se enfoca más en desarrollar el placer que sentía por sus actos que los actos en sí. A la par, aprovecha para introducir ciertos mitos religiosos que sirven de adorno y contrapeso a la historia principal.
  • El tulipán negro: aquí nos topamos con una novela que tiene inspiración en ciertos hechos históricos reales. El protagonista es Cornelio van Baerle, cuya meta es encontrar un tulipán negro por el que se ha ofrecido una enorme recompensa. Y aunque las malas intenciones de uno de sus enemigos le obstaculizan el paso, el amor de una joven le sirve de motivación para seguir luchando.
  • Los tres mosqueteros: indudablemente, es el texto más conocido por el público en general. Esta novela se centra en el joven d’Artagnan, que quiere convertirse en mosquetero. En su travesía conoce a tres mosqueteros muy unidos con los va desarrollando una amistad mientras viven diferentes aventuras. Si bien no se suele decir, la historia de d’Artagnan continúa en otras dos novelas, así que esta es en realidad la primera parte de una trilogía.
  • “La dama pálida”: es un relato corto que anticipa en buena medida el tema de los vampiros. Dumas lo incluyó en una colección de cuentos de terror que publicó en 1849. La historia se centra en Hedwige, una aristócrata que se vuelve el amor platónico de dos hermanos. Uno de ellos se vuelve un vampiro y la visita durante la noche para beber su sangre. Al final los hermanos libran un duelo que concluye con la muerte de ambos.

Gustavo Adolfo Bécquer

Aun cuando tuvo una vida breve, Gustavo Adolfo Bécquer (1836 – 1870) se convirtió en un autor destacado del Romanticismo español. Es cierto que algunos estudiosos señalan que no todo su estilo se ajustaba al ideal romántico, pero, en líneas generales, reflejaba la esencia de esa corriente.

Bécquer quedó huérfano a temprana edad, mas eso no fue un impedimento para que se formara académicamente. Desde joven sabía que quería dedicarse a la literatura, por lo que en 1854 inició su carrera como escritor.

Lastimosamente, no tuvo éxito. Debió conformarse con ser periodista y vivir de ello. En estos años sostuvo varios amores que luego le sirvieron de inspiración para componer algunos de sus mejores poemas. No fue sino hasta 1866 cuando, ya con el asunto económico resuelto, pudo centrarse en sus textos.

El género principal con el que se asocia a Gustavo Adolfo Bécquer es la poesía. En esta inauguró una forma de composición muy íntima y con un lenguaje libre de adornos innecesarios. No obstante, demostró la misma capacidad creativa para la narración, en la cual recrea ambientes misteriosos usando una prosa sencilla.

A esos dos géneros literarios se reduce la producción de este escritor. Se sabe que probó también con el teatro, pero sus obras dramáticas no han trascendido. En todo caso, el número de obras no es muy amplio. Podemos reducirlas a dos en concreto:

  • Rimas: es una compilación de poemas que no armó el escritor como tal, sino un grupo de sus amigos que los rescataron durante un incendio. Para ese entonces ya Bécquer estaba muerto, así que el texto fue publicado póstumamente. La estructura de los poemas, el uso del verso libre en ellos y otros factores hicieron que la obra fuese aclamada en su momento y por autores posteriores, como Federico García Lorca.
  • Leyendas: se trata de otra compilación, esta vez de cuentos. El libro incluye muchas narraciones que, sin estar conectadas entre sí, comparten un tono fantástico y casi siempre un destino fatal para los personajes. Algunas se ubican en momentos históricos muy precisos. Otras hacen planteamientos morales propios de la época, como el valor del cristianismo por encima del judaísmo.

Ejemplos del Romanticismo

Hasta aquí te hemos ido mencionando las obras de los autores. A continuación te presentamos algunos fragmentos que hemos tomado de ellas para que las puedas conocer directamente (e indicaremos, cuando haga falta, quién es el traductor).

Johann Wolfgang von Goethe, Las cuitas del joven Werther (traducción de José Valor)

Lo que te dije el otro día sobre la pintura es aplicable a la poesía: basta con conocer lo que es bello y atreverse a expresarlo. En verdad, no se puede decir más en menos palabras. He asistido hoy a una escena que, fielmente referida, sería el mejor idilio del mundo; pero poesía, escenario, idilio…, ¿qué falta hacen? ¿Es preciso, cuando debemos interesarnos en una manifestación de la naturaleza, que se halle artísticamente combinada?

Alexandre Dumas, Los tres mosqueteros (traducción de Torcuato Tasso)

En aquel tiempo los pánicos eran frecuentes; pocos días pasaban sin que esta o aquella población registrara en sus anales algún acontecimiento semejante. Los señores guerreaban entre sí, el rey combatía al cardenal y España hostilizaba al rey; y como si aquellas guerras sordas o públicas, latentes o manifiestas, fuesen poco, se añadían a ellas ladrones y mendigos, hugonotes y tahúres y lacayos…

Víctor Hugo, Nuestra Señora de París (traducción de Mª Amor Hoyos y Eloy González)

De aquel 6 de enero de 1482 la historia no ha guardado ningún recuerdo. Nada destacable en aquel acontecimiento que desde muy temprano hizo voltear las campanas y que puso en movimiento a los burgueses de París; no se trataba de ningún ataque de borgoñeses o picardos, ni de ninguna reliquia paseada en procesión; tampoco de una manifestación de estudiantes en la Viña de Laas…

François-René de Chateaubriand, Atala (traducción de Simón Rodríguez)

Una noche, estando yo sentado a la lumbre que se hacía en el monte, junto con el guerrero destinado a mi custodia, oigo un susurro de ropas que se arrastraban sobre las hierbas, y de repente veo una mujer medio tapada que viene a sentarse a mi lado. Las lágrimas rebozaban en sus párpados, y un pequeño crucifijo de oro brillaba sobre su pecho con el reflejo de la lumbre…

José Zorrilla, Don Juan Tenorio

Buen lance, ¡viven los cielos!

¡Estos son los que dan fama!

Mientras le soplo la dama,

él se arrancará los pelos

encerrado en mi bodega.

¿Y ella…? Cuando crea hallarse

con él… ¡ja! ¡ja!… ¡Oh! y quejarse

no puede; limpio se juega.

A la cárcel le llevé,

y salió; llevome a mí,

y salí; hallarnos aquí

era fuerza… ya se ve,

su parte en la grave apuesta

defendía cada cual.

Alexandre Dumas, El conde de Montecristo (traducción de Pilar Ruiz Ortega)

Mientras tanto el buque se iba acercando; había franqueado felizmente ese estrecho que algún movimiento volcánico formó entre la isla de Calasareigne y la isla de Jaros; había doblado Pomègue y navegaba bajo sus tres gavias, su gran foque y su vela cangreja, pero tan lentamente y con un ritmo tan triste que los curiosos, con ese instinto que presiente las desgracias, se preguntaban qué accidente podía haber ocurrido a bordo.

Johann Wolfgang von Goethe, Fausto (traducción de José María Valverde)

¿Por qué, fuertes y suaves, me buscáis, / melodías celestes, entre el polvo? / ¡Sonad allá, donde hay hombres más blandos! / Oigo el mensaje, mas la fe me falta; / el milagro es el hijo de la fe. / No me atrevo a elevarme a esas esferas, / donde resuena la dulce noticia; / pero este son que he oído desde niño / me llama de regreso hacia la vida. / El beso del amor celeste, antaño / caía a mí en la fiesta silenciosa…

Víctor Hugo, Los miserables (traducción de Aurora Alemany)

Sobrevino la Revolución, precipitáronse los sucesos; las familias parlamentarias, diezmadas, perseguidas, acosadas, se dispersaron, y el señor Charles Myriel, en los primeros días de la Revolución, emigró a Italia. Su mujer murió allí de una enfermedad del pecho, que padecía desde mucho tiempo atrás. No tenían hijos. ¿Qué pasó, después, en la vida del señor Myriel? El hundimiento de la antigua sociedad francesa, la caída de su propia familia, los trágicos espectáculos del 93…

François-René de Chateaubriand, René (trad. de Teresa Suero Roca y Francisco Sales Coderch)

Al llegar al país de los nátchez, René se vio obligado a tomar esposa para conformarse a las costumbres de los indios; pero apenas vivía con ella. Una profunda melancolía le arrastraba al interior de los bosques; pasaba allí días enteros, pareciendo salvaje entre los salvajes. Excepto con Chactas, su padre adoptivo, y el padre Souël, misionero del fuerte Rosalía, había renunciado a toda relación con los hombres.

José Zorrilla, Traidor, inconfeso y mártir

Atento estáme.

Tres personas a tu puerta

vendrán muy pronto a apearse:

un hombre galán, de pálido

rostro y de noble talante,

una dama tan hermosa

como pintan a los ángeles,

y un escudero que tiene

mezcla de asistente y paje.

Dales lo mejor que tengas,

como a príncipes regálales;

lo que no poseas, cómpralo

y en el precio no repares.

Alexandre Dumas, “La dama pálida” (traducción de A. Blanco Prieto)

Soy Polaca; nací en Sandomir, es decir, en un país donde las leyendas llegan a ser artículos de fe, donde creemos en nuestras tradiciones de familia tanto, o más quizá, que en el Evangelio. Ninguno de nuestros castillos deja de tener su espectro, ni existe una sola cabaña sin su espíritu familiar. Tanto en la mansión del rico como en la morada del pobre, en el castillo como en la choza, se reconoce lo mismo el principio amigo, que el principio enemigo.

Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas (“I”)

Yo sé un himno gigante y extraño

que anuncia en la noche del alma una aurora,

y estas páginas son de ese himno

cadencias que el aire dilata en las sombras.

 

Yo quisiera escribirlo, del hombre

domando el rebelde, mezquino idioma,

con palabras que fuesen a un tiempo

suspiros y risas, colores y notas.

Victor Hugo, Cromwell (traductor desconocido)

ORMOND.— Una palabra va a confundirte. Ligados a la misma causa, pero por motivos diferentes, para derribar a Oliverio contamos entre nuestras filas al carcelero de la Torre, a Barksthead el regicida, que la esperanza de alcanzar el perdón le hizo afiliarse a nuestro bando. Ya ves que la rebelión está bien tramada, la red bien tendida, y caerá en ella. Unánimes los partidos, han cruzado sus abismos bajo el trono que él levanta.

Edgar Allan Poe, “El gato negro” (traducción de Julio Gómez de la Serna, Carlos del Pozo, Diego Navarro, Fernando Gutiérrez y Flora Casas)

La docilidad y humanidad de mi carácter sorprendieron desde mi infancia. Tan notable era la ternura de mi corazón, que había hecho de mí el juguete de mis amigos. Sentía una auténtica pasión por los animales, y mis padres me permitieron poseer una gran variedad de favoritos. Casi todo el tiempo lo pasaba con ellos, y nunca me consideraba tan feliz como cuando les daba de comer o los acariciaba. Con los años aumentó esta particularidad de mi carácter…

Johann Wolfgang von Goethe, Ifigenia en Táuride (traducción de José María Valverde)

IFIGENIA.— Aquí fuera, en vuestra sombra, temblorosas copas del antiguo y frondoso bosquecillo sagrado, así como en el silencioso santuario de la diosa, penetro una vez más con emoción estremecida, como si llegara por primera vez, y mi espíritu no se habitúa a morar aquí. Años hace ya que me guarda aquí escondida una alta voluntad, a la que me entrego; pero me sigo sintiendo tan extraña como al principio, y paso largos días en la orilla…

Víctor Hugo, Noventa y tres (traducción de Alain Verjat Massmann)

Se adivinaba que el buque tenía que realizar alguna empresa extraordinaria. En efecto, un hombre, con aspecto de ir a tomar parte en una aventura, acababa de embarcar. Era un anciano altivo, robusto, erguido, de aspecto severo y edad indefinible, pues parecía a la vez viejo y joven; uno de esos hombres entrados en años y sobrados de fuerza, con canas en la frente y chispas en la mirada; cuarenta años, por el vigor, y ochenta por la autoridad.

Edgar Allan Poe, “Los crímenes de la calle Morgue” (traducción de Julio Gómez de la Serna, Carlos del Pozo, Diego Navarro, Fernando Gutiérrez y Flora Casas)

Encontrándome en París durante la primavera y parte del verano de 18…, conocí allí a un señor llamado C. Auguste Dupin. Pertenecía este joven caballero a una excelente, es decir, ilustre familia; pero por una serie de adversos sucesos se había quedado reducido a tal pobreza, que sucumbió la energía de su carácter y renunció a sus ambiciones mundanas, lo mismo que a procurar el restablecimiento de su hacienda.

Gustavo Adolfo Bécquer, Leyendas (“La rosa de pasión”)

Daniel sonreía eternamente con una sonrisa extraña e indescriptible. Sus labios delgados y hundidos se dilataban a la sombra de su nariz desmesurada y corva como el pico de un aguilucho; y aunque de sus ojos pequeños, verdes, redondos y casi ocultos entre las espesas cejas brotaba una chispa de mal reprimida cólera, seguía impasible golpeando con su martillito de hierro el yunque donde aderezaba las mil baratijas mohosas y, al parecer, sin aplicación alguna de que se componía su tráfico.

Johann Wolfgang von Goethe, Elegías romanas (“III” [traducción de Jesús Munárriz])

¡No te pese, querida, habérteme entregado tan pronto!

Créeme, no pienso nada sucio, no pienso nada bajo de ti.

Surten efectos varios las flechas del Amor: algunas rasgan

y con su oculto veneno enferma el corazón durante años.

Pero otras, de más fuertes plumas, con puntas recién afiladas,

penetran hasta la médula, y pronto inflaman la sangre.

En los tiempos heroicos, cuando amaban los dioses y diosas,

seguía a la mirada el deseo, y al deseo el placer.

Alexandre Dumas, Calígula (traductor desconocido)

CLAUDIO.— ¿He oído mal? Creo que esa mujer hablaba en voz baja de asesinos que amenazan la vida del emperador; ¿cuál será su objeto? ¿Acaso la libertad de Roma o una nueva esclavitud? Si pudiese huir antes que me viese alguno en este sitio… ¡Oh, desgracia!, ya no es tiempo; el tapiz de la alcoba se levanta. ¿Si estaré soñando?… ¡Oh no! (Aquila y Junia han salido un momento antes colocándose aquella a la cabecera y esta a los pies del lecho).

Víctor Hugo, Hernani (traducción de Jacinto Labaila)

HERNANI.— Voy cargado con el peso de un anatema, que hasta a mí mismo me espanta. Escúchame, doña Sol: el hombre a quien el rey te destina, Ruy de Silva, tu tío, es duque de Pastrana, rico hombre de Aragón, conde y grande de España. A falta de juventud, puede proporcionarte tanto oro y tantas joyas, que podrá relucir tu cabeza entre las cabezas reales y podrás excitar la envidia hasta de las reinas. En cambio, yo soy pobre, y desde mi niñez no poseo más que los bosques y las montañas…

Edgar Allan Poe, “Annabel Lee” (traducción de Andrés Ehrenhaus y Edgardo Dobry)

Muchos, muchos años atrás,

en un reino junto al mar turquí

vivía una doncella a quien quizá conozcáis,

llamada Annabel Lee,

que tenía en la vida un único afán:

amarme y ser amada por mí.

 

Aunque no éramos más que niños,

en el reino junto al mar turquí,

nos amábamos con un amor tan pleno…

Johann Wolfgang von Goethe, Las afinidades electivas (traducción de Justo Molina)

Eduardo estaba solo en su habitación. El modo como la boca de Carlota había repetido los azares de la vida de él, la representación vigorosa de la situación de ambos, y de sus propósitos habían impresionado agradablemente su vivo ánimo. Se había sentido tan feliz al lado de ella que estaba pensando escribir al capitán una carta amistosa y preocupada, pero serena y sin ninguna indicación concreta.

Alexandre Dumas, El tulipán negro (traducción de Manuel Rossell Pesant)

El joven, siempre protegido por su gran sombrero, siempre apoyándose en el brazo del oficial, siempre enjugando su frente y sus labios con su pañuelo, inmóvil, desde un rincón de la Buytenhoff, perdido en la sombra de un saledizo de una tienda cerrada, contemplaba el espectáculo que le ofrecía aquel populacho furioso, que parecía aproximarse a su desenlace.

E. T. A. Hoffman, El hombre de arena (traducción de C. Gallardo de Mesa)

Cierta noche, aquel rumor fantástico me atemorizó más que de costumbre y pregunté a mi madre: “Oye, mamá, ¿quién es ese hombre de la arena, que siempre nos obliga a salir de la habitación de papá?”. “No hay hombre alguno de la arena, querido hijo —repuso mamá—; cuando digo que viene el hombre de la arena, únicamente quiero decir que tenéis sueño y que cerréis los ojos como si os hubieran echado arena”.

Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas (“XXI”)

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas

en mi pupila tu pupila azul.

¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?

Poesía… eres tú.

Edgar Allan Poe, “El cuervo” (traducción de Andrés Ehrenhaus y Edgardo Dobry)

Aunque mi alma ardía por dentro regresé a mis aposentos

pero pronto aquel rasguido se escuchó más pertinaz.

«Esta vez quien sea que llama ha llamado a mi ventana;

veré pues de qué se trata, qué misterio habrá detrás.

Si mi corazón se aplaca lo podré desentrañar.

¡Es el viento y nada más!».

 

Mas cuando abrí la persiana se coló por la ventana,

agitando el plumaje, un cuervo muy solemne y ancestral.

E. T. A. Hoffman, El puchero de oro (traducción de C. Gallardo de Mesa)

Todas las cosas raras y maravillosas que le sucedían a Anselmo le tenían fuera de sí. No veía a sus amigos, y todas las mañanas esperaba impaciente que diesen las doce para que se le abriese el paraíso. Y, sin embargo, mientras todo su ser se dirigía a la hermosa Serpentina y al reino de hadas de casa del archivero, a veces involuntariamente pensaba en Verónica, y hasta le parecía que en algunos momentos se acercaba a él ruborizándose para decirle lo mucho que le amaba…

Gustavo Adolfo Bécquer, Leyendas (“La promesa”)

El conde de Gómara, acompañado de su fiel escudero, atravesó por entre los animados grupos sin levantar los ojos de la tierra, silencioso, triste, como si ningún objeto hiriese su vista ni llegase a su oído el rumor más leve. Andaba maquinalmente, a la manera que un sonámbulo, cuyo espíritu se agita en el mundo de los sueños, se mueve y marcha sin la conciencia de sus acciones y como arrastrado por una voluntad ajena a la suya.

Ejercicios del Romanticismo

Antes de terminar con el post, vayamos con los ejercicios que te mencionamos al inicio. Todos son de selección múltiple, así que deberás identificar cuál es la opción que completa correctamente el enunciado.

Asegúrate de leerlo bien antes de elegir entre las opciones, para que entiendas bien el planteamiento. Posteriormente ve a la sección de las respuestas, en la que encontrarás la solución de cada ejercicio.

N.ºEjerciciosOpciones
1Se considera que el Romanticismo surgió como una corriente opuesta al ____________, puesto que dejaba de lado la razón y la formalidad que lo caracterizaban.a)Siglo de Oro, b)Renacimiento, c)Neoclasicismo
2El representante principal del Romanticismo dentro de Francia fue __________. Entre sus textos podemos encontrar prácticamente todos los géneros literarios, incluidos la narrativa y el teatro.a)Johann Wolfgang von Goethe, b)Alexandre Dumas, c)Víctor Hugo
3En el Romanticismo la ___________ persona era la perspectiva principal que utilizaban los escritores. Gracias a ello, podían darles a sus textos una subjetividad plena que reflejase una visión propia de la realidad.a)primera, b)tercera, c)segunda
4A pesar de que la historia literaria ha fijado el siglo XIX como la época de consolidación del Romanticismo, lo cierto es que las primeras manifestaciones románticas aparecieron en el ______.a)XVII, b)XVIII, c)XV
5“_____________” es la obra más conocida del autor francés Alexandre Dumas. Esa fama se nota hoy en día tanto en quienes son lectores como en el público general.a)Los tres mosqueteros, b)Atala, c)Los miserables
6Puede decirse que el ___________ fue el movimiento literario que estableció las bases de lo que más adelante llegó a ser el Romanticismo, entre ellas la subjetividad y el sentimentalismo exagerado.a)Renacimiento, b)Siglo de Oro, c)Sturm und Drang
7Dentro de la literatura romántica había constantemente una ____________ entre los géneros literarios. Esta costumbre permitió renovarlos en cierta medida.a)separación, b)mezcla, c)comparación
8Los escritores románticos colocaban lo ________ por encima de las reglas formales. Es decir, la normativa de composición que aplicaban en sus textos debía venir solamente de ellos mismos, no de las academias.a)social, b)colectivo, c)individual
9En las obras del Romanticismo, la vida de los personajes estaba marcada por una serie de experiencias deprimentes y negativas. Por lo tanto, se puede decir que tenían un destino __________.a)trágico, b)alegre, c)incomprensible
10___________ no buscaba ser un autor reconocido. En realidad, su afán principal era ser músico, y se dedicó de lleno a eso. Mas al final sus textos sobrepasaron a sus composiciones musicales.a)Víctor Hugo, b)E. T. A. Hoffmann, c)José Zorrilla
11“__________”, una de las obras de Bécquer, no fue publicada por el autor en sí. Fueron unos amigos suyos quienes juntaron los poemas escritos por él que habían rescatado de un incendio. a)Calígula, b)El cuervo, c)Rimas
12Los escritores románticos veían la __________ como una etapa muy idealizada. Les parecía que estaba llena de una dulce inocencia y libre de problemas y cargas.a)adolescencia, b)vejez, c)infancia
13La poesía ___________ fue uno de los géneros que se desarrolló durante el Romanticismo. Para elaborarla, los autores tomaban como base los mitos y la tradición oral de los pueblos.a)legendaria, b)mística, c)simbólica
14En la literatura romántica se hacía defensa de los valores ___________. En consecuencia, podían variar entre una obra y otra según la procedencia de su escritor.a)universales, b)nacionales, c)antiguos
15El mundo _________ ganó protagonismo durante la época romántica. Los expertos plantean como razón sus lugares exóticos, que para los europeos resultaban atractivos y muy distintos a su entorno.a)indígena, b)romano, c)medieval
16La novela ____________, surgida en el Romanticismo, es en la actualidad un subgénero narrativo muy popular. Sin embargo, siempre se le ha criticado su falta de apego a los hechos reales.a)de terror, b)histórica, c)psicológica
17Los dos géneros en los que Poe fue maestro son la poesía y __________. En ambos compuso diversos textos de calidad altísima, además de establecer teorías sobre la construcción de cada género.a)la novela, b)el ensayo, c)el cuento
18Una parte de la crítica especializada señala a ____________ como el exponente más importante del Romanticismo en España. Esta consideración la obtiene gracias a la calidad de sus piezas dramáticas.a)Gustavo Adolfo Bécquer, b)José Zorrilla, c)E. T. A. Hoffmann
19El drama “__________”, basado en un personaje de la nobleza del siglo XVII, fue el que posicionó a Víctor Hugo como el líder del teatro romántico.a)Hernani, b)Cromwell, c)Calígula
20__________ es tenido como el padre del género policial. Además de fijar las reglas del mismo, creó a C. Auguste Dupin, que sirvió de modelo a casi todos los detectives de la literatura.a)Edgar Allan Poe, b) François-René de Chateaubriand, c)Johann Wolfgang von Goethe

Respuestas

N.ºEjercicios
1Se considera que el Romanticismo surgió como una corriente opuesta al Neoclasicismo, puesto que dejaba de lado la razón y la formalidad que lo caracterizaban.
2El representante principal del Romanticismo dentro de Francia fue Víctor Hugo. Entre sus textos podemos encontrar prácticamente todos los géneros literarios, incluidos la narrativa y el teatro.
3En el Romanticismo la primera persona era la perspectiva principal que utilizaban los escritores. Gracias a ello, podían darles a sus textos una subjetividad plena que reflejase una visión propia de la realidad.
4A pesar de que la historia literaria ha fijado el siglo XIX como la época de consolidación del Romanticismo, lo cierto es que las primeras manifestaciones románticas aparecieron en el XVIII.
5“Los tres mosqueteros” es la obra más conocida del autor francés Alexandre Dumas. Esa fama se nota hoy en día tanto en quienes son lectores como en el público general.
6Puede decirse que el Sturm und Drang fue el movimiento literario que estableció las bases de lo que más adelante llegó a ser el Romanticismo, entre ellas la subjetividad y el sentimentalismo exagerado.
7Dentro de la literatura romántica había constantemente una mezcla entre los géneros literarios. Esta costumbre permitió renovarlos en cierta medida.
8Los escritores románticos colocaban lo individual por encima de las reglas formales. Es decir, la normativa de composición que aplicaban en sus textos debía venir solamente de ellos mismos, no de las academias.
9En las obras del Romanticismo, la vida de los personajes estaba marcada por una serie de experiencias deprimentes y negativas. Por lo tanto, se puede decir que tenían un destino trágico.
10E. T. A. Hoffmann no buscaba ser un autor reconocido. En realidad, su afán principal era ser músico, y se dedicó de lleno a eso. Mas al final sus textos sobrepasaron a sus composiciones musicales.
11“Rimas”, una de las obras de Bécquer, no fue publicada por el autor en sí. Fueron unos amigos suyos quienes juntaron los poemas escritos por él que habían rescatado de un incendio.
12Los escritores románticos veían la infancia como una etapa muy idealizada. Les parecía que estaba llena de una dulce inocencia y libre de problemas y cargas.
13La poesía legendaria fue uno de los géneros que se desarrolló durante el Romanticismo. Para elaborarla, los autores tomaban como base los mitos y la tradición oral de los pueblos.
14En la literatura romántica se hacía defensa de los valores nacionales. En consecuencia, podían variar entre una obra y otra según la procedencia de su escritor.
15El mundo indígena ganó protagonismo durante la época romántica. Los expertos plantean como razón sus lugares exóticos, que para los europeos resultaban atractivos y muy distintos a su entorno.
16La novela histórica, surgida en el Romanticismo, es en la actualidad un subgénero narrativo muy popular. Sin embargo, siempre se le ha criticado su falta de apego a los hechos reales.
17Los dos géneros en los que Poe fue maestro son la poesía y el cuento. En ambos compuso diversos textos de calidad altísima, además de establecer teorías sobre la construcción de cada género.
18Una parte de la crítica especializada señala a José Zorrilla como el exponente más importante del Romanticismo en España. Esta consideración la obtiene gracias a la calidad de sus piezas dramáticas.
19El drama “Cromwell”, basado en un personaje de la nobleza del siglo XVII, fue el que posicionó a Víctor Hugo como el líder del teatro romántico.
20Edgar Allan Poe es tenido como el padre del género policial. Además de fijar las reglas del mismo, creó a C. Auguste Dupin, que sirvió de modelo a casi todos los detectives de la literatura.

Damos fin a nuestra extensa clase sobre el Romanticismo. Ahora que ya sabes todo lo necesario sobre esta corriente literaria, anímate a seguir leyendo las obras que te presentamos para que puedas disfrutarlas. Y en caso de que tengas dudas, no dudes en repasar el artículo.